jueves, 15 de octubre de 2009

Deus e o diabo na terra do sol

Los paralelos entre esta película y otras que vimos son inevitables para mí. Más que nada hay imágenes que me hacen pensar en Vidas Secas. La falta de agua es un símbolo fuerte de la calidad de la vida y el protagonista se encuentra en un rancho, donde tiene que trabajar arduamente para sobrevivir. La “casa” de Manoel parece ser una cueva porque es tan espartana. Con desesperación Rosa le dice que hay siempre que intentar al menos, porque no hay otra opción. La obligación de esta familia de la familia en las Vidas Secas es una obligación en común de considerar la sobrevivencia como la prioridad.
En ambos casos, una “banda” (que es mucho más inocente en la película de Glauber Rocha) se presenta como camino de libertad. Quiere decir que con la ayuda de otras, la vida podría ser mejor. Aunque la familia en las Vidas Secas decide de quedarse (y el padre no va con los gauchos), es la fuerza de sus responsabilidades y compromisos familiares que retiene al protagonista. Hay un énfasis en la familia con Manoel y su mujer también porque pueden matar a otros pero su relación queda (y llega a ser siempre más) intima y unida.
Cuando van a la ciudad solamente tienen miedo de la ambiente atemorizante. Pues las dos películas nos dan el sentido que el individualismo es más importante que la sociedad y que no hay gran oportunidad para una fundación de confianza en los otros (fuera de la familia).

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