jueves, 5 de noviembre de 2009

Sicko

Mis padres me han criada con una mentalidad republicana y en un sistema capitalista. Así que ambos son propietarios de empresas pequeñas y que ganan suficiente dinero para ser parte de la clase media alta, la elección de Barack Obama era una mala noticia. Ellos siempre han trabajado para ganar lo que querían, y no quieren dar ninguna parte de su dinero a una gente “perezosa” que no trabaja. Pues, puedes imaginar que esta película era algo muy interesante para mí.
Salí de la sala en que vi la película con una opinión completamente diferente. Las ironías que presenta Michael Moore son increíbles. Por ejemplo, hay un conflicto entre los resultados favorables de los empleadores y los clientes en la industria de seguro médico. Si los empleadores pueden encontrar maneras de denegar peticiones de clientes, van a recibir más dinero. Pues la meta para la empresa no es de ayudar a la gente, sino es de salvar lo más dinero posible (…hay que recordar que sí, es una EMPRESA.) Los empleadores reconocen la brutalidad de esta filosofía pero no hacen nada para cambiarla. Una mujer evita conocer sus clientes porque no quiere sentir nada cuando deniega su seguro médico. Otro hombre admite que “hell yeah” está lastimando a otros, y lo dice con algún tipo de orgullo. Pues era interesante de ver los motivos de empleadores y empresas en vez de clientes solamente.
Como una película artística, Sicko es una obra maestra. Moore utiliza la aplicación de técnica estética para ridiculizar opiniones no-socialistas y para dar nos una perspectiva sarcástica. Por ejemplo, la mujer con una infección por levaduras se presenta con una música de películas de terror para indicar sarcásticamente lo malo de la asistencia sanitaria socializada. Otro momento de eso es cuando muestra Slovenia con sus bailadores tradicionales, que parecen ser grotescos en este momento serio. Con eso, pensamos de Slovenia como un país muy pequeño que no hace nada con serio y pues no tiene las necesidades que tenemos aquí. Otra vez, es el sarcasmo. Finalmente muestra Moore una estatua de Karl Marx para mostrar las comparaciones extremas que hace mucha gente. Cuando Moore nos muestra como ridículos somos, no queremos mantener nuestras opiniones. Es en este momento que podemos abrirnos a pensar en otro sistema posible de asistencia sanitaria.
Hay que decir que vi la película hace 6 días ya, y ahora no me siento tan convencida como inmediatamente después. Pues, aunque diría antes que Moore tiene éxito en su meta, ahora no lo digo. Por lo menos me hizo pensar mucho…

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